Opinión #DavidFaitelson | 4-Octubre-2024

 

Venga, "Toro"...

David Faitelson EN REFORMA

04 octubre 2024


Recuerdo con mucha nostalgia aquella tarde de verano de mediados de los 80, cuando el Estrella Blanca -el autobús que tomamos en Ciudad Obregón- nos dejó a mi y al fotógrafo del periódico Excelsior al borde de la carretera, en pleno desierto.


¿Aquí es?, le pregunté con cierto temor al conductor que me respondió con una seña afirmativa.

Pero, yo voy a Etchohuaquila... ¿Seguro que es aquí?

Caminamos durante casi 45 minutos, bajo un calor seco y sofocante, cuando el pequeño -diminuto- pueblo apareció ante nuestros ojos. Casas de adobe, techos de lámina, la iglesia, la tienda de abarrotes, la Primaria y un campo de beisbol lleno de tierra y de piedras.
"¿Dónde está la casa de los Valenzuela?", pregunté a unos niños que jugaban sobre lo que parecía ser el quiosco del pueblo.

"Allá", me indicaron con una sonrisa.

Para mi era un momento muy especial. Estaba conociendo el sitio donde había nacido y crecido una de las grandes figuras de mi adolescencia, un verdadero ídolo que irrumpió desde estas inhóspitas tierras para convertir su historia en un "cuento de hadas".

Fernando Valenzuela no esta bien de salud. No lo ha estado desde hace algunos años y parece estar sosteniendo la lucha más trascendente desde aquellos días donde hacia su movimiento al lado, levantaba la pierna derecha y luego la vista al cielo para enseguida tirar su impresionante "screwball" mientras el bateador, abatido y desconsolado, abanicaba.

Muchas personas se han acercado para preguntarme por su estado de salud. La familia ha pedido privacidad y creo que hay que respetar ese punto al máximo nivel posible, entendiendo que se trata de una figura popular, del interés general, que "tocó" con su magia a una generación impactada por su forma de lanzar, por su personalidad y por lo que fue capaz de transmitir.

Pero, Fernando ha escogido mantenerse, en esta dura etapa de su vida, igual que lo era en sus días de gloria sobre la lomita. Un tipo reservado, que no parecía estar listo para confrontar todo lo que ocurrió a partir de aquella temporada de 1981, de los Dodgers, de Lasorda, del Cy Young y de la moda que finalmente estableció.

Fernando vivía en su propio mundo. Una parte de él, yo diría una muy importante, no estuvo jamás en su residencia de Beverly Hills, sino que se mantenía en el ostracismo de aquel pueblo en medio del desierto.

No parece necesario repasar lo que Valenzuela significó para el beisbol y para el deporte mexicano. Creo que él fue más allá, llevo su figura a impactar en un sitio mucho más poderoso, adentrarse en la cultura popular del País que se reflejaba en su historia, una historia de sueños y de gloria.

Hace un par de semanas, mi corazón se sobresaltó cuando sonó mi celular y en la pantalla se leía "llamada entrante-Fernando Valenzuela".

No era él, era Linda, su esposa, la maestra yucateca que me hablaba para explicarme sus declaraciones sobre los Playoffs de este año en la Liga Mexicana de Beisbol, donde ella reclamaba algo, donde no estaba alejado de la realidad imputando que había un tema de multipropiedad y un resultado muy extraño en la serie entre Diablos Rojos del México y Oaxaca.

La familia Valenzuela sorprendió hace unos años, cuando adquirió a los Tigres de Quintana Roo de la Liga Mexicana. El hijo de Fernando, Fernando Jr., se ha quedado como gerente al frente del club. La temporada pasada, vi por ultima vez en persona a Valenzuela. Coincidimos en el palco de prensa del Petco Park de San Diego. Minutos antes de comenzar su trabajo como cronista de radio de los Dodgers, no despegaba la mirada de su teléfono, donde seguía el juego de los Tigres ante Leones de Yucatán.

Más allá de su temperamento y personalidad, Fernando es un hombre querido y respetado por todos en el beisbol y es evidente que la preocupación que existe hoy sobre su estado de salud revela también el amor que todos los aficionados le tienen.

En términos beisbolísticos, podríamos decir que el gran "Toro" de Etchohuaquila tiene hoy la casa llena y está enfrentando al cuarto bate del equipo rival. Sin embargo, estoy seguro de que tiene la fuerza y la capacidad para salir adelante y que pronto lo veremos recuperado en el palco de transmisión radiales de los Dodgers. Desde aquí, lo único que podemos hacer es respetar la petición de privacidad de la familia y elevar nuestras oraciones. Venga, Fernando, venga "Toro", que, como siempre, vas a "ponchar" lo que tengas enfrente...

 
 
X: @Faitelson_

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