Opinión #DavidFaitelson | 13-Septiembre-2024
¿Estás dispuesto, Rommel?
David Faitelson EN REFORMA
13 septiembre 2024
Rommel Pacheco vuelve a inclinarse sobre la cornisa de la plataforma. Esta vez, a diferencia de los días donde competía en la élite, la distancia con el fondo es profunda y hasta abismal. En los próximos días, va a recibir, de manos de la Presidenta electa, la Doctora Claudia Sheinbaum, uno de los organismos más sumidos en el desprestigio y sospechas de corrupción: La Comisión Nacional del Deporte.
A pesar de los deseos de Ana Gabriela Guevara de permanecer en su puesto por los siguientes seis años, el nuevo gobierno ha preferido cortar de tajo uno de los procesos de mayor turbulencia -por así llamarle- que se recuerden en el organismo deportivo que Raúl González, por órdenes del presidente Carlos Salinas de Gortari, fundó a finales de la década de los ochenta.
Más allá de los dimes y diretes -que todavía no han podido comprobarse con respecto a la malversación de fondos- a Ana Guevara pareció traicionarla su personalidad, su propio carácter, sobre todo en decisiones donde aún asistiéndole la razón, debía ponerse del lado fraternal de un atleta que como ella bien sabe luchar contra todas las adversidades para ser un deportista competitivo a pesar de las grandes carencias del País, entre ellas, la de un sistema deportivo que les permita ponerse a la par de los mejores atletas del mundo. Ana no lo entendió y al adoptar completamente su papel como política, terminó pagando con lo peor que puede recibir un político: el desprestigio.
Temo que lo de Rommel Pacheco puede tratarse de lo mismo. Espero que, al sentarse en la silla que controla los dineros públicos destinados al deporte de alto rendimiento, se perfile más como el gran deportista que fue y no como el político que tuvo tiempo ya de perder una elección popular y de cambiar de partido político.
Más allá de los dimes y diretes -que todavía no han podido comprobarse con respecto a la malversación de fondos- a Ana Guevara pareció traicionarla su personalidad, su propio carácter, sobre todo en decisiones donde aún asistiéndole la razón, debía ponerse del lado fraternal de un atleta que como ella bien sabe luchar contra todas las adversidades para ser un deportista competitivo a pesar de las grandes carencias del País, entre ellas, la de un sistema deportivo que les permita ponerse a la par de los mejores atletas del mundo. Ana no lo entendió y al adoptar completamente su papel como política, terminó pagando con lo peor que puede recibir un político: el desprestigio.
Temo que lo de Rommel Pacheco puede tratarse de lo mismo. Espero que, al sentarse en la silla que controla los dineros públicos destinados al deporte de alto rendimiento, se perfile más como el gran deportista que fue y no como el político que tuvo tiempo ya de perder una elección popular y de cambiar de partido político.
Los atletas de México necesitan de un líder que entienda sus necesidades, los arrope y trate de encontrar, en la medida de lo posible, los grandes recursos que hoy se requieren para poder competir entre las grandes potencias del deporte. Si Rommel entra con la bandera de Morena, de la "4T" o de su cercanía a la doctora Sheinbaum, poco o nada pasará.
Necesitamos que, primero, administre bien lo poco o mucho que el gobierno destina al deporte a través de nuestros impuestos; necesitamos que busque recursos de la iniciativa privada porque, está más que claro, con lo que se destina al deporte no alcanza; necesitamos que trate, en la medida de lo posible, de limpiar y poner orden en las federaciones deportivas, que se protegen bajo el caparazón de "asociaciones civiles" y que se han convertido en el peor "cáncer" del deporte mexicano; necesitamos que negocie y trabaje cercanamente con Marijose Alcalá y el Comité Olímpico Mexicano que es, al final del día, el organismo que reconoce el movimiento olímpico internacional; necesitamos que Rommel tenga empatía con el atleta, que entienda sus problemas, sus miedos y que los impulse a ser mejores; necesitamos que encuentre los recursos para construir más instalaciones deportivas -increíblemente, seguimos dependiendo de las que se construyeron para México 1968-; necesitamos que busque convenios internacionales para atraer a los mejores entrenadores del mundo; necesitamos que introduzca a México en el nivel máximo de tecnología y medicina aplicada al deporte. Necesitamos muchas cosas. ¿Estás dispuesto a hacerlo, Rommel?
Según entiendo, la Doctora Sheinbaum ha comprendido que el mayor problema del deporte de alto rendimiento empieza muy temprano, en el deporte de las escuelas que, está lejos del deporte de alta competencia, pero que colabora para tener un país más sano, fuerte y vigoroso. Creo que ahí irrumpirá otro personaje ligado a la política y al deporte llamado Miguel Torruco. Él será el encargado, junto con la Secretaría de Educación Pública, de proveer esa transformación tan necesaria, no para ganar medallas, sino para alejar a nuestra juventud de temas de drogas, alcoholismo, obesidad, de diabetes y de todo lo que ello conlleva en asuntos de padecimientos cardiovasculares. Hay que trabajar más con los niños, preparar a los maestros de educación física y luego, seguramente, el abanico de opciones para el alto rendimiento aumentará casi de forma natural.
Hay mucho que hacer, Rommel, muchísimo, pero no queremos al político del PAN, de Morena, al que iba a ser alcalde o al disputado. Queremos al clavadista que nos emocionaba desde la plataforma y que valientemente se arrojaba a las profundidades abismales de la fosa. ¿Estás dispuesto, Rommel?
X: @DavidFaitelson_
Necesitamos que, primero, administre bien lo poco o mucho que el gobierno destina al deporte a través de nuestros impuestos; necesitamos que busque recursos de la iniciativa privada porque, está más que claro, con lo que se destina al deporte no alcanza; necesitamos que trate, en la medida de lo posible, de limpiar y poner orden en las federaciones deportivas, que se protegen bajo el caparazón de "asociaciones civiles" y que se han convertido en el peor "cáncer" del deporte mexicano; necesitamos que negocie y trabaje cercanamente con Marijose Alcalá y el Comité Olímpico Mexicano que es, al final del día, el organismo que reconoce el movimiento olímpico internacional; necesitamos que Rommel tenga empatía con el atleta, que entienda sus problemas, sus miedos y que los impulse a ser mejores; necesitamos que encuentre los recursos para construir más instalaciones deportivas -increíblemente, seguimos dependiendo de las que se construyeron para México 1968-; necesitamos que busque convenios internacionales para atraer a los mejores entrenadores del mundo; necesitamos que introduzca a México en el nivel máximo de tecnología y medicina aplicada al deporte. Necesitamos muchas cosas. ¿Estás dispuesto a hacerlo, Rommel?
Según entiendo, la Doctora Sheinbaum ha comprendido que el mayor problema del deporte de alto rendimiento empieza muy temprano, en el deporte de las escuelas que, está lejos del deporte de alta competencia, pero que colabora para tener un país más sano, fuerte y vigoroso. Creo que ahí irrumpirá otro personaje ligado a la política y al deporte llamado Miguel Torruco. Él será el encargado, junto con la Secretaría de Educación Pública, de proveer esa transformación tan necesaria, no para ganar medallas, sino para alejar a nuestra juventud de temas de drogas, alcoholismo, obesidad, de diabetes y de todo lo que ello conlleva en asuntos de padecimientos cardiovasculares. Hay que trabajar más con los niños, preparar a los maestros de educación física y luego, seguramente, el abanico de opciones para el alto rendimiento aumentará casi de forma natural.
Hay mucho que hacer, Rommel, muchísimo, pero no queremos al político del PAN, de Morena, al que iba a ser alcalde o al disputado. Queremos al clavadista que nos emocionaba desde la plataforma y que valientemente se arrojaba a las profundidades abismales de la fosa. ¿Estás dispuesto, Rommel?
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