Opinión #ArturoBrizio | 13-Septiembre-2024

 

Enseñado los años

Arturo Brizio EN REFORMA

13 septiembre 2024


Arrancó una nueva etapa con la Selección Nacional de futbol.


El aficionado común esperaba, luego del rotundo fracaso en Qatar, que la planeación estratégica movería las piezas en una sola dirección, sin embargo, los intereses políticos, las grillas, los golpes bajos, las patadas bajo la mesa y la traición hicieron que el proceso se tornara desaseado, por decir lo menos.

De esa manera, uno de los grupos impuso a Diego Cocca en el timón tricolor para luego tener que cesarlo.

Se otorgó la confianza a un interino, Jaime Lozano, a quien luego ungieron como cabeza del proyecto para luego cercenársela sin piedad.
Casi a finales del 2024, a menos de dos años de que ruede la pelota en el Mundial tripartita a organizarse en Norteamérica, se le entrega la responsabilidad a un viejo lobo de mar: Javier Aguirre.

Si al inicio de este ciclo a usted le hubieran dicho: viene el "Vasco" junto con Rafael Márquez, seguramente habría aplaudido.

El tema parece un típico "bomberazo" tan acorde al estilo de Javier y en concordancia con el quehacer precipitado y errático de los funcionarios y dueños del balón.

En su presentación en sociedad, el equipo de Aguirre derrotó a una débil Selección de Nueva Zelanda, ante un estadio con evidentes huecos que pueden señalar el hartazgo del fiel seguidor en el "gabacho".

Vino el juego ante Canadá y lo que vimos fue un compendio de patadas, fingimiento de faltas, roces, provocaciones y todo aquello que atenta contra el Fair Play.

El tema es que, según el propio dicho del entrenador nacional, así se planteó el juego, bajo el argumento de que los de la Hoja de Maple eran unos "leones rasurados".

El jugador Roberto "Piojo" Alvarado señaló que su estratega les dijo "Si a ellos les sacan 30 amarillas, que a nosotros nos saquen 31".

Nunca he estado en contra del juego recio, bravo y valiente. Es más, meter la pierna no es un derecho del futbolista sino una obligación.

Pero de ahí a basar la estrategia en ver quién tiene más huevos, me parece un tremendo retroceso.

Particularmente le tengo ley a Javier Aguirre.

Su carácter lo llevó como jugador a alturas que quizá con sus solas facultades no hubiera alcanzado.

Como director técnico es el máximo referente de nuestro balompié, pésele a quien le pese.

El futbolista mexicano, aún con una generación a la baja, posee virtudes que lo hacen diferente.

Claro que la valentía y el hecho de nunca dar un balón por perdido son valores que no son negociables.

El orden táctico, la disciplina, la técnica individual, el buen trato con la pelota no se deben olvidar en aras de intimidar al rival, demostrando que se es el guapo del barrio.

Si esa va a ser la tónica, estamos retrocediendo 15 años y puede ser que en el Mundial nos encontremos a un equipo más rudo o a un arbitraje severo, con las lógicas consecuencias.

Como dijo José Alfredo Jiménez, parece que: "Nada nos han... enseñado los años".

 
 
X: @arturobrizioc

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