Opinión #ArturoBrizio | 18-Junio-2024

 

Me quebré

Arturo Brizio EN REFORMA

18 junio 2024


La historia comenzó en 1992 cuando fui designado para arbitrar en los Juegos Olímpicos de Barcelona.


Tras el desastre que significó el Mundial de Italia, la FIFA decidió remover a todos los integrantes de la Comisión de Árbitros, decidida a mejorar en todos los rubros, no solo técnicos sino humanos.

De esa manera fue nombrado presidente el escocés David Will, quién no había sido juez, pero se trataba de una persona intachable, con total solvencia moral.

El formato de la competencia era con 16 equipos, por lo que dirigir dos juegos era, para un árbitro, todo un logro.
La primera designación fue para el juego entre Colombia y Qatar, a jugarse en Sabadell.

Los cafetaleros venían de armar un follón ante España en el juego inaugural.

En la tribuna estaba el mismísimo Mr. Will y el más duro visor al que me podía enfrentar: mi Padre, Don Arturo Brizio Ponce de León.

Al vestuario ingresó Faustino "Tino" Asprilla, capitán colombiano para entregar la lista de alineación.

Recuerdo que le dije: "mire, ustedes vienen a que los grandes clubes de Europa los vean jugar. Si el tema es la indisciplina o la violencia, de una vez le digo que conmigo no cuenten".

Fue un buen juego, ganado por los sudamericanos.

Luego pité Italia vs. Kuwait por la clasificación en el legendario estadio Sarriá.

Vinieron los Cuartos de Final y así salté a la cancha con los equipos de Suecia y Australia, en el estadio Camp Nou, sede del Barsa.

Cuando creí que era todo para mí, recibí la designación para ir a Valencia, arbitrando la Semifinal entre España y Ghana.

Como había pleito entre el Comité Olímpico presidido por Juan Antonio Samaranch y Joao Havelange, mandamás de la FIFA, no podían estar en el mismo palco.

Por ello, las autoridades futboleras estuvieron en mi partido y las olímpicas en la Final.

Esto derivó que al iniciar en ese mismo año el intercambio arbitral entre Confederaciones, me correspondiera el honor de ser punta de lanza.

El 14 de octubre, en Wembley, arbitré la Eliminatoria Mundialista entre Inglaterra y Noruega.

Esto abría la puerta para poder realizar el sueño de ir a un Mundial. Se concretó en enero de 1994 al darse a conocer el listado de jueces que impartirían justicia en Estados Unidos.

Llegamos a la concentración en Dallas y ahí me entero, por voz de mi querido amigo el Teniente Coronel Mario Rubio, que había sido escogido para pitar el juego inaugural entre Alemania y Bolivia.
Volamos a Chicago y un 17 de junio, hace 30 años, entramos a la cancha del Soldier Field teutones, bolivianos y yo, en ese hermoso ritual que es el desfile, teniendo como fondo el himno de la FIFA.

Se hizo la tradicional formación frente al palco de honor, donde se encontraban el presidente Bill Clinton y el señor Havelange, mientras una enorme banda interpretaba los acordes de los himnos nacionales de los contendientes.

Al mirar al horizonte, vi ondear una bandera mexicana. Se me nublaron los ojos, se me erizó la piel y de plano...me quebré.

 
X: @arturobrizioc

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