Opinión #DavidFaitelson | 17-Junio-2025
Barras, estrellas y 'miedo'
David Faitelson EN REFORMA
17 junio 2025
INGLEWOOD, CA.- El miedo y la valentía se toman de la mano en la esquinas de Century y Prairie. Las consignas, los gritos, los murmullos y el ulular de las sirenas se mezclan generando un ambiente de tensión. Los Ángeles, hoy, más que nunca, intenta erigirse como un santuario de derechos y libertad de expresión.
El futbol se transforma en un simple pretexto para fundirse en lo mismo: una protesta, una oportunidad de decir lo que piensan, lo que sienten.
Y aquí están ellos, gente trabajadora, de manos curtidas en la dura labor del campo, de la cocina, de la calle. De corazones que extrañan sus raíces. De miradas que buscan el horizonte perdido. De familias que temen ser separadas. De niños que no entienden cómo su propia nación los repudia. De mujeres embarazadas que no saben que sucederá mañana.
Es un día donde el futbol es lo que es, algo por demás trivial, las banderas de ambos tonos enarbolan la asoleada tarde a los alrededores del SoFi Stadium. Y hay advertencias, letreros, mensajes subliminales y otros muy directos. Desde el "No Kings" y hasta los rótulos con mensajes directos para Washington. Desde la Virgen de Gudalupe y hasta estampas que rememoran uno de los peores pasajes en la historia de la humanidad. El sheriff californiano que intenta hacer entrar en razón a quienes desesperan.
Y aquí están ellos, gente trabajadora, de manos curtidas en la dura labor del campo, de la cocina, de la calle. De corazones que extrañan sus raíces. De miradas que buscan el horizonte perdido. De familias que temen ser separadas. De niños que no entienden cómo su propia nación los repudia. De mujeres embarazadas que no saben que sucederá mañana.
Es un día donde el futbol es lo que es, algo por demás trivial, las banderas de ambos tonos enarbolan la asoleada tarde a los alrededores del SoFi Stadium. Y hay advertencias, letreros, mensajes subliminales y otros muy directos. Desde el "No Kings" y hasta los rótulos con mensajes directos para Washington. Desde la Virgen de Gudalupe y hasta estampas que rememoran uno de los peores pasajes en la historia de la humanidad. El sheriff californiano que intenta hacer entrar en razón a quienes desesperan.
Murales....
Esculturas...
Autos forrados de banderas...
Chamarras y máscaras alusivas...
Barras y estrellas en tonos sombríos...
Y, por algún momento, calles vacías y solitarias que destacan la incertidumbre y el pánico que se vive aquí.
No hablemos de futbol. Es lo que menos importa hoy aquí.
El verano futbolístico -Copa Oro y Mundial de Clubes- ha comenzado ensombrecido en medio de los complejos problemas políticos y sociales que existen en este país. La cuenta regresiva para el Mundial ha comenzado ya. La otra cuenta regresiva, la de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, también está en marcha. El futbol, el deporte mismo, intenta apartarse de ese horizonte obscuro e incierto. No puede. Es imposible hacerlo.
La administración Trump ha emitido una orden que no permite la entrada a ciudadanos de 36 países. La lista incluye a Irán, en pleno conflicto con Israel, y cuya Selección de futbol ya está clasificada para el Mundial del próximo año. La FIFA ha garantizado que los equipos, entrenadores y administrativos de cada federación participante obtendrán una visa para internarse en el país, no así los aficionados.
No es la primera vez y seguramente tampoco la última en la que la política y el deporte coinciden en el mismo camino, pero la mayor parte de esas manifestaciones han ocurrido en el escenario del movimiento olímpico. En 1976, 22 naciones africanas no participaron en los Juegos Olímpicos de Montreal en protesta a que Nueva Zelanda no fue castigada luego de que su equipo de rugby decidió jugar ante Sudáfrica, que estaba vetada por su política "apartheid". Sesenta y seis países boicotearon los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, apoyando a Estados Unidos que objetaba la invasión soviética a Afganistán. Y 19 países, la mayor parte procedente de naciones detrás de "La Cortina de Hierro", decidieron en represalia abstenerse de participar en los Juegos de Los Ángeles 1984. Los Mundiales también han pasado por controversias, desde la decisión de FIFA de ir a Sudáfrica en el 2010, pasando por los escándalos financieros de Brasil 2014, ir a Rusia donde prevalecen leyes homofobicas o a Qatar donde los derechos de la mujer están en dilema.
Es imposible pensar que los eventos del verano en Estados Unidos no se vean afectados por las situaciones domésticas y externas. Este país siempre tuvo momentos álgidos o de controversia con su política exterior. El tema es que, hoy, además de los externos, tiene esos problemas en casa. Y esta casa será la sede de los próximos dos grandes eventos deportivos del mundo.
X: @DavidFaitelson_
Esculturas...
Autos forrados de banderas...
Chamarras y máscaras alusivas...
Barras y estrellas en tonos sombríos...
Y, por algún momento, calles vacías y solitarias que destacan la incertidumbre y el pánico que se vive aquí.
No hablemos de futbol. Es lo que menos importa hoy aquí.
El verano futbolístico -Copa Oro y Mundial de Clubes- ha comenzado ensombrecido en medio de los complejos problemas políticos y sociales que existen en este país. La cuenta regresiva para el Mundial ha comenzado ya. La otra cuenta regresiva, la de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, también está en marcha. El futbol, el deporte mismo, intenta apartarse de ese horizonte obscuro e incierto. No puede. Es imposible hacerlo.
La administración Trump ha emitido una orden que no permite la entrada a ciudadanos de 36 países. La lista incluye a Irán, en pleno conflicto con Israel, y cuya Selección de futbol ya está clasificada para el Mundial del próximo año. La FIFA ha garantizado que los equipos, entrenadores y administrativos de cada federación participante obtendrán una visa para internarse en el país, no así los aficionados.
No es la primera vez y seguramente tampoco la última en la que la política y el deporte coinciden en el mismo camino, pero la mayor parte de esas manifestaciones han ocurrido en el escenario del movimiento olímpico. En 1976, 22 naciones africanas no participaron en los Juegos Olímpicos de Montreal en protesta a que Nueva Zelanda no fue castigada luego de que su equipo de rugby decidió jugar ante Sudáfrica, que estaba vetada por su política "apartheid". Sesenta y seis países boicotearon los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, apoyando a Estados Unidos que objetaba la invasión soviética a Afganistán. Y 19 países, la mayor parte procedente de naciones detrás de "La Cortina de Hierro", decidieron en represalia abstenerse de participar en los Juegos de Los Ángeles 1984. Los Mundiales también han pasado por controversias, desde la decisión de FIFA de ir a Sudáfrica en el 2010, pasando por los escándalos financieros de Brasil 2014, ir a Rusia donde prevalecen leyes homofobicas o a Qatar donde los derechos de la mujer están en dilema.
Es imposible pensar que los eventos del verano en Estados Unidos no se vean afectados por las situaciones domésticas y externas. Este país siempre tuvo momentos álgidos o de controversia con su política exterior. El tema es que, hoy, además de los externos, tiene esos problemas en casa. Y esta casa será la sede de los próximos dos grandes eventos deportivos del mundo.
X: @DavidFaitelson_
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